miércoles, 20 de marzo de 2013

El marcapáginas: Drácula.



Drácula.
Bram Stoker.

  
"Sonreía al hablar, y la luz de la lámpara cayó sobre una boca de expresión dura, de labios rojos y dientes afilados, blancos como el marfil."

  Emerjo desde la cloaca cual sombra reptante para inaugurar sección en este variopinto blog que, doy gracias a los astros, comparto con Andrés y Karmant. Pero, realmente, ¿de qué va esta sección? Pues no voy a responder a esta pregunta porque, hablando con sinceraidad, si alguien todavía no lo ha adivinado es que no merece estar leyendo estas humildes pero tajantes líneas.
  
  No obstante si me voy a ocupar de justificar la importancia, y por lo tanto la cabida, que tiene esta sección en este nuestro blog. La importancia es nula, nada, es dividir entre cero, es colocarse las lentillas y luego ponerse las gafas también, es hacer un impactrueno a un graveler, etc., pero es precisamente por eso por lo que tiene cabida en este blog (smiley).
  
  Así que, sin más preámbulo, me dispongo a tratar el tema que ciertamente ahora me interesa: Drácula de Bram Stoker. No obstante antes de comenzar con el palabreo me veo en la obligación de aclarar que he elegido hablar de este libro debido al asco que me produce ver cómo novelas y otras cosas posteriores han desvirtuado totalmente la figura del vampiro. Efectivamente estoy hablando de la saga crepúsculo y demás mierdas varias.
  

  Pues bien, comenzaré diciendo que Drácula de Bram Stoker fue una de las primeras novelas de vampiros datando de 1897. En ella se cuenta la historia de varios personajes y de cómo en sus vidas se interpone una figura demoníaca cuya maldad va más allá de cualquier límite que hayan imaginado antes. Se trata de hecho de un personaje que realmente llega a inspirar miedo y asco no sólo debido a su terrorífico aspecto, sino también a sus hábitos extremadamente corteses pero a la vez amenazadores.
   
  No sólo aparece por primera vez con la publicación de este libro el nombre de Drácula en forma de personaje novelesco, sino que también surge de la invención de Bram Stoker en el mismo libro el personaje Abraham Van Helsing. Al igual que ocurre con los vampiros, la figura de Van Helsing ha sido ampliamente maltratada y deformada, especialmente cuando fue llevada a la gran pantalla por nosequién.
  
 Por otro lado cabe destacar que la historia está escrita en su mayor parte en forma de cartas que se escriben unos personajes a otros, anotaciones en los diarios de los mismos e incluso transcripciones de grabaciones fonográficas. Esta original forma de narrar, que no deja de causarme cierto gusto, puede llegar a resultar algo aturdidora para algunos lectores. Dicha manera de relatar la historia propicia una continuidad temporal lógica, ya que en cada entrada de los diarios y en cada epístola aparece anotada la fecha en la que es escrita, que hace que la tensión vaya en aumento desde el principio hasta el final de una manera magistral. Dicho de una forma vulgar: es uno de esos libros que cuanto más lees más te atrapan.
   
  Lo que hay de fantástico en la novela está tratado con sutileza pero sin miramientos, de manera que se puede decir que se trata de una muy recomendable lectura tanto para aquellos a los que les guste el género fantástico como para aquellos que todavía no se han atrevido a hincarle el diente (nótese el símil vampiresco). Por lo tanto se trata de una novela que animo encarecidamente a leer.
  
  Para finalizar:

-Lo mejor: la ambientación; las descripciones, que aún siendo detalladas no resultan pesadas; la figura de Drácula que queda fuertemente consolidada en este relato, así como sus habilidades vampíricas; la detallada continuidad temporal.

-Lo peor: si has visto antes el film Drácula, de Francis Ford Coppola, es posible que al leer el libro no quede mucho espacio para la imaginación.
 

3 comentarios:

  1. La adaptación de Coppola, aunque muy buena, es demasiado romántica, considero mucho más fiel el Drácula de Terence Fisher o las de Nosferatu.

    Y aunque es una novela longeva, cabe mencionar que "Carmilla" de Sheridan Le Fanu es anterior e influyó notablemente.

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  2. Sin lugar a dudas, Vlad Tepes y Elizabeth Bathory estaban hechos el uno para el otro. Amor anacrónico.

    Gran aporte ese "Carmilla".

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  3. Leí el libro hace muchisimo tiempo, cuando tenía 16 o 17. He de decir que me costó engancharlo, su estilo era algo a lo que no estaba acostumbrado y me parecio de desarrollo lento. No obstante, y como bien has comentado, la obra tiene ese toque tenebroso que induce poco a poco a la intriga. Me gustó mucho la parte en la que el conde viaja en barco, metido en su ataud y como la tripulación comienza a sentir el mal a su alrededor dandose cuenta de que una tormenta se acerca. Mencionar tambien que el siervo de Dracula (el del manicomio que come moscas) me parece un personaje tremendamente interesante y es una clara muestra de como un vampiro (uno de verdad), tiene un poder tan sublime y demoniaco como es la dominación de la mente y los impulso.

    Sin duda, junto a Scaramouche, la obra que más me impactó en mi adolescencia.

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