viernes, 26 de abril de 2013

Retro Review: Bopit

RETRO REVIEW

  Hoy me he levantado en uno de esos días en los que me apetece desayunar campurrianas con leche calentada en un cazo mientras veo "Oliver y Benji" como parte de un programa infantil presentado por Leticia Sabater. Entre sueños con sudores fríos he despertado chillando: "Nost... Nostal... ¡¡¡NOSTALGIA!!!"

 Este ataque de pánico nostálgico me ha hecho primeramente volver a mis orígenes, a esta RETRO REVIEW. Y en segundo lugar, la remembranza de uno de los objetos lúdicos con el que pasé gran parte de mi infancia ha invadido cual Genghis Khan la zona del cerebro donde se almacenan los recuerdos. 

  Muchos no sentiréis gran cosa cuando diga: "BOP IT". Otros sin embargo tengan una reacción más parecida a: "¡¡¡¡¡DIOSSSSSSSSSSSSSS LA POLLA!!!!!". Esta entrada es para ambos, para descubriros uno de los mejores inventos de la historia del entretenimiento infantil, o bien para que me acompañéis en este ataque de nostalgia, que nunca está de más sufrirlo acompañado.
BOP IT

  No os dejéis guiar por los prejuicios y la aparente simpleza de este perfecto objeto. Bop It, el original, fue lanzado en 1996 a lo largo y ancho del globo con un éxito sin precedentes. Los niños hacían colas de semanas para no quedarse sin tan preciado elemento. Aquellos que lo conseguían eran elevados inmediatamente a un estatus social superior. Te colaban en las filas de la cafetería para que les dejaras jugar con él, te guardaban asiento en las mesas, las chicas se peleaban por invitarte al baile de graduación. Todo éso lo consiguió "Bop It".

 3 botones. 3 órdenes distintas. Ése era el rudimentario a la postre que sencillo funcionamiento del "Bop it". Con una base musical machacona, una voz te iba dictando los movimientos que debías realizar. Si decía "Bop it!", tú pulsabas el botón morado. Si decía "Twist it!", girabas el cachirulo amarillo. Y si decía "Pull it!" (bueno, en este caso no se sabe muy bien qué decía, pero por descarte lo adivinabas), tirabas de la palanquita azul. El objetivo era, por supuesto, no fallar y hacer cuantos más puntos pudieras -hasta un máximo de cien-. Y no sólo intentabas no fallar para batir tu récord, si no para conseguir evitar escuchar ese desagradable grito que destrozaba tus tímpanos. Grito extrañamente parecido al famoso "grito Wilhelm" que seguro que habéis escuchado en alguna ocasión:

<<Desagradable, ¿verdad?>>

 Pero, ¿cómo puede un objeto de ingeniería tan insignificante convertirse en un elemento de orden social tremendamente exitoso? Yo lo achaco, principalmente, a dos factores:
  • Primero: La voz que da las órdenes. No es una voz normal. Es una voz dotada de un optimismo sin igual. Realmente contagiaba con su jovialidad y alegría a todo aquél que disfrutaba de "Bop It". Premiaba con esperanza a la persona más pesimista del planeta. Una capacidad que muy pocos han tenido a lo largo de la historia de la humanidad. "Bop It" la tenía.
  • Segundo: El afán de superación que su funcionamiento inculca a todo aquél en el que recaiga el juego. Si juegas una vez, no podrás parar. Si juegas dos, es probable que superes tu marca anterior, con lo que te crecerás e intentarás mejorarla. Y así sucesivamente hasta alcanzar la perfección. Los cien puntos. Hasta convertirte en un hombre a todas luces excelso, en un ser humano extraordinario, en una especie de semidiós. Valor y atributo que "Bop It" ayuda a extrapolar a todos los elementos restantes de la vida. "HARDER, FASTER, STRONGER".
  Pero, ¿carecer de "Bop It" te sumía en el más profundo de todos los olvidos padecidos por la raza humana? TAJANTEMENTE NO. ¿Por qué? Pues porque "Bop It" no es un juego dedicado exclusivamente al uso individual. Tiene también una modalidad en la que pueden jugar desde dos hasta cuantas personas tú creas conveniente. Ésto, sumado a la capacidad ya mencionada de "Bop It" de mejorar al ser humano como persona, de hacerlo magnánimo y bondadoso, harán que todo el mundo pueda disfrutar de sus magníficas cualidades. Así bien lo hacían ver en sus anuncios televisivos:

<<Cómo molaban los comerciales de antes...>>

 Y por si os termináis cansando del "Bop It" original -hecho que dudo cuantiosamente-, tenéis una ristra de sucedáneos y de secuelas como el "Bop It: Extreme", y el "Bop It: Blast". Pero no puedo hablaros mucho de ellos, pues he sido siempre fiel al "Bop It" a secas, así que tampoco puedo recomendaros los que le siguieron. 

<<Ya sabéis, segundas partes nunca fueron buenas. Y segundas partes de segundas partes ya ni te digo.>>

  Éste es "Bop It" y estas son las claves de su éxito. Creo firmemente que todo proceso de humanización debería tener un apartado en el tiempo y en el espacio dedicado simplemente a jugar a "Bop It". Es mejor animador que cualquier psicólogo de acento argentino de tres al cuarto. Te convida a una existencia plena de éxitos. "Bop It", en definitiva, cumplirá lo que promete. "Bot It" te hará feliz.



2 comentarios:

  1. He de admitir que no lo conocía hasta el fin de semana pasado, en el cual descubrí que era una increible herramienta de diversión, tanto individual como colectiva.
    Su carcasa de "plasticazo duro" y los diferentes botones y modos de juego me recordaron sobremanera a mi adorado SIMON.

    ResponderEliminar
  2. El Bop-it le daba mil vueltas al Simón! Simplemente porque el Bop-it tiene ritmazo-fuego-incorporado y el Simón simplemente es memorizar!

    ResponderEliminar